QUISE ESCRIBIR UN
POEMA
MARTIN
ALMADA (poema carcelario)
Yo quise, señor
verdugo, desahogar mis penas
para olvidar este
yugo, tan dolorosas cadenas.
La soledad
carcelaria lastima mi corazón;
como no acepto ser
paria, se rebela mi razón.
No es panfleto subversivo.
Es poema y nada más.
Su miedo es
tan obsesivo que tristeza usted me da.
Usted me negó una
pluma, usted me negó un papel;
no puedo hablarle a la luna ni acariciarle su piel.
Para impedir la
lectura usted me quemó la vista
y en la sala de
tortura me acusó de TERRORISTA.
Mi sangre usé como
tinta para escribir mis poemas;
como el artista que
pinta dibujé todas mis penas.
Vea usted, señor
verdugo, las cicatrices y edemas…
El hacerse un tajo
es duro pero eso vale un poema.
Bien que esté yo a
su merced: no dejaré de pensar;
tengo hambre y
tengo sed de escribir y de soñar.
Recuerdo, señor
verdugo, mis libros y mis apuntes
tirados con furia
al fuego. Es el terror que se cunde.
Yo quise, señor
verdugo, escribir unos poemas
para olvidar este
yugo: mis dolorosas cadenas…
Emboscada, Campo de
Concentración del Paraguay, abril de 1977.
Nota.
Poema en homenaje al compañero de celda, Odón Oviedo del Partido
Socialista. (PRF)
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