“Siempre pensé que era una
historia que nunca se iba a contar, que era una historia de estas tantas
historias no dichas que están ahí, que están entre un pueblito en Santiago del
estero que es Pozo Hondo donde aparecieron
los restos, otro pueblito que es Santa Lucia en Tucumán al pie del monte
tucumano, familias humildes que por ahí no tienen aproximación al mundo de los
derechos humanos, al mundo más público, a la contención de la militancia
en los organismos, es esa gente que sufre las consecuencias del terrorismo de estado
solita, …” PABLO GALLO (ANTROPÓLOGO FORENSE)
Comienzo del documental SANTO GUERRILLERITO "EL CAIDO DEL CIELO, el próximo 6 de abril viajo a Argentina para hacer las tomas finales
Posted by Modesto Lopez on Lunes, 30 de marzo de 2015
TEXTO DEL DIRECTOR
El 24 de Mayo de 2013, en un
café de la provincia de La Rioja, Argentina, los amigos Anibal y Hugo, mejor
conocido como “El Sapo Rioja”, compañeros que integran la asociación de ex
presos políticos, me comentaron sobre la existencia de un santo guerrillerito.
Desde entonces me quedé pensando en el tema, pasaron los meses y yo seguía
pensando y soñando con el santo. Me preguntaba, ¿cómo será ese asunto, de que
en Pozo Hondo, un pueblo de Santiago del Estereo, que limita con la provincia
de Tucumán, hicieron alma milagrosa a un ex guerrillero tucumano, al que los
pobladores del lugar vieron caer de un helicóptero militar en el año 1975 Su cuerpo fue enterrado
como NN en el cementerio local, y muchos creyeron que “el caído del cielo” era
una alma milagrosa, a la que se le podía pedir favores, y que al parecer los
cumplía.
En Tucumán la represión estuvo siempre presente,
desde principios del siglo XX se instauró el terror patronal para reprimir
cualquier intento de organización obrera. Uno de los principales métodos de
represión fue la invención de El Familiar, una especie de figura mítica,
devorador de hombres, el cual fue muy difundido y popular en los ingenios
azucareros del noroeste argentino.
En Argentina se describen diferentes versiones
sobre este tipo de espíritus familiares, pero la más difundida lo identifica con
una especie de criatura demoníaca, con forma de perro, que da poder y dinero a
su poseedor, a cambio, generalmente, de vidas humanas; que suelen ser aquellos
trabajadores que luchan por sus reivindicaciones.
Su existencia es tomada como real por la gran
mayoría de la población de las plantaciones de azúcar en esa región, situación
que muchas veces es aprovechada por los dueños de los ingenios argentinos para
coaccionar a su peonada.
Se ha denunciado que a El Familiar se le atribuyen, incluso
las desapariciones de trabajadores en varios ingenios durante el Operativo
Independencia. Cuenta el antropólogo forense Pablo que, estaba haciendo una
prueba de ADN a una habitante de la zona cuyo hijo le habían desaparecido, y
que ella le dijo: “¿para qué hacen esta prueba? Yo sé bien que a mi hijo se lo
llevó El Familiar. Como dice uno de los
personajes del documental: “Tucumán tiene una matriz de miedo”.
Pese a todo, durante los años
60’s en Tucumán, se desarrollaron intensas luchas para la liberación de los sindicatos
en manos de dirigentes vendidos a la patronal. En el año de 1966 la dictadura
encabezada por el General Ongania, cerró los ingenios azucareros, provocando
grandes movilizaciones obreras, asesinatos y encarcelamientos de trabajadores y
estudiantes, desembocando en el levantamiento popular llamado “El Tucumanazo”.
En el año 2008, el Canal 7 de Santiago del Estereo,
realiza una entrevista a los pobladores de Pozo Hondo, referente al alma
milagrosa. Esta nota llama la atención de la delegación de los derechos
humanos, que pide la intervención de los antropólogos forenses. A finales del
año 2010, se identifican los restos, los cuales resultaron ser de Tomás
Francisco Toconás, hachero cortador de cañas, peón rural, habitante de las
mesadas, padre de 6 hijos.
Entramos en
contacto con Cacho Ledesma, a quién no conocía personalmente, él me ayuda a dar
mis primeros pasos para acercarme a esta historia. Me llamaba mucho la atención
que un hombre tan humilde, que vivía con su esposa y seis hijos en un rancho a
orillas del río Totorillas, fuera tan duramente castigado por los militares
quienes además se ensañaron con su familia, amparados por el Operativo
Independencia, cuyo decreto firma la entonces presidente Isabel Perón, y que
contó con el beneplácito de López Rega, quien ya había creado la Triple A y
cuyas cabezas más visibles en Tucumán fueran los generales Adel Vilas, Domingo
Bussi y Mario Benjamín Menéndez, quien además contaba con el apoyo del entonces
gobernador de Tucumán, de los diputados y senadores y de un amplio sector de
los sindicalistas oficialistas de la época, de la iglesia Católica, y de muchos
medios de comunicación, entre los que destacan el Diario La Nación y su
periodista Rosendo Fraga, quien reivindicaba la labor de los criminales.
Muchas son las coincidencias, o si uno fuera
creyente diría milagros, que me hicieron comenzar este documental.
En el año 2013, antes de irnos a Tucumán con
Guillermo y el resto del equipo, tuvimos la fortuna de conocer a tres hijas de
Toconás, que estaban viviendo en Guernica, en la provincia de Buenos Aires. Las
entrevistamos, y su participación fue clave pues ellas nos dieron mucha
información y el lado más humano de la historia. Esto fue la punta del ovillo.
Ya en Tucumán, sucedieron muchas cosas importantes
para el proyecto. El encuentro personal con Cacho Ledesma (ex integrante de la
compañía de monte y que conoció a Toconás en vida), fue muy importante para
tener una mejor ubicación de lo que estábamos emprendiendo. Cacho nos acompañó
al cementerio de Acheral, luego nos presentó a una compañera que tenía a su
madre y hermano mayor desaparecido, ambos vinculado a Toconás y a su familia.
Empezamos con el equipo a seguir los rastros de
Toconas, nos desplazamos a los lugares donde ocurrieron los hechos y empezamos
una investigación que duró dos años donde fuimos encontrando algunos amigos que
llegaron a conocerlo, la gran mayoría de sus amigos ya habían fallecido,
recorrimos los montes tucumanos, los pueblos donde estaban asentados los
ingenios azucareros, corroboramos las creencias como las del El Familiar,
encontramos algunos pobladores que estuvieron dispuesto a hablar como la
maestra Lucia Aguilar, El picaflor campesino de 103 años que vive solo en el
monte, su hijo Pascual Cisneros cortador de caña que fue secuestrado y
torturado y que por suerte todavía la puede contar, la mayoría se negaba a
recordar, todavía tenían el miedo en su cuerpo, algunos se atrevieron a hablar
pero sin cámara, nos viculamos con el antropólogo forense Pablo Gallo quien
llevó adelante la investigación que descubrió quien era el NN., nos vinculamos
con el historiador y periodista tucumano Marcos Taire quien nos fue ubicando en
el contexto histórico. El abogado Emilio Guagnini uno de los querellantes en el
juicio a los militares nos facilitó el material del juicio, la gente del canal
7 de Santiago del Estero y los medios periodísticos de Tucumàn y Santiago del
Estero nos abrieron las puertas para buscar en sus archivos, los pobladores de
Pozo Hondo que vieron cuando tiraron el cuerpo y vivieron todo el proceso de
convertirlo en Alma Milagros nos dieron su testimonio.
Cuenta el antropólogo forense Pablo Gallo, que
cuando estaban desenterrando los restos, pobladores de la zona comenzaron a
acercarse, inquietos los cuestionaban, querían saber por qué se querían llevar
al santo. Fue una situación algo tensa, se les tuvo que explicar detalladamente
las razones. Además, el día de la exhumación se desató una intensa lluvia, en
un pueblo, Pozo Hondo, en el que rara vez llueve, lógicamente, la gente empezó
a decir que el cielo lloraba por la partida del santo. La velación de sus
restos fue en Santa Lucía, en donde estuvieron presentes sus seis hijos,
algunos pobladores y varios de sus compañeros de lucha. Cacho Ledesma, ex
combatiente de la Compañía de Monte (campamento guerrillero creado por el
E.R.P.), colaboró mucho en todo lo relacionado con este descubrimiento, y fue
él quien lo despidió, cuando finalmente lo enterraron junto a su esposa
Francisca Eusebia Paz “la Negrita”. Ambos yacen enterrados en el cementerio de
Acheral, en donde se puede leer el siguiente texto que reposa sobre la lápida:
Desde 1975 te decían la
“Almita Milagrosa”. Los vecinos de Pozo Hondo, del departamento de Jiménez, en
Santiago del Estereo, no sabían su nombre, pero se rumoreaba que le concedía
“favores” a quienes se lo pedían con una plegaria. Se acordaban que vieron que
su cuerpo era lanzado desde un helicóptero aquél año, pero la tumba en el
Cementerio Municipal, por todo concepto enuncia borrosamente “Cadáver
Desconocido”. Ahora ya no lo es. A partir de ayer, Lunes 27 de Diciembre de
2010, se sabe que desde el 22 de Abril de 1934, cuando nació; en Trancas,
Tucumán, la familia y sus amigos le llamaban Tomás Francisco Toconás, y su
apodo en la clandestinidad era “Alberto”.
Me pregunto cómo es posible que en Tucumán se pudo
llevar adelante tan siniestro operativo. Tucumán: cuna de la Independencia,
conocida en algún momento como “sepulcro de la tiranía”, en donde en 1812 el
General Manuel Belgrano había librado la gran batalla que hizo posible la
Independencia. Ese operativo tenía como objetivo la aparición de los centros
clandestinos de detención y la desaparición forzada de miles de personas.
Utilizando la lucha contra la subversión, movilizaron a miles de soldados para
que combatieran en la zona rural, junto a oficiales y suboficiales; levantaron
el falso patriotismo de la celeste y blanca, de viva la patria, “ningún pañuelo
rojo remplazará nuestra bandera”, los subversivos obedecen a intereses
extranjeros, etc., etc. Para después aplicar esta misma medicina en todo el
territorio argentino y perpetuar la dictatura por muchos años más. El llamado
operativo Independencia fue la prueba piloto para tantear y producir el golpe
de estado del 24 de Marzo de 1976, que dejó más de 30,000 muertos y
desaparecidos.
.
El objetivo de los militares queda claro, era dar
un escarmiento definitivo a los que creían que se podía hacer una revolución
por la vía armada y a aquellos militantes que por las distintas vías combatían
por un mundo mejor. La represión fue tan violenta, tan sangrienta, que golpeó a
mucha gente inocente. Violaciones, torturas, asesinatos, sin ningún tipo de
juicio, campos de concentración clandestinos. El objetivo, queda claro, era
sembrar terror. Miedo que todavía hoy, perdura.
En definitiva el poder, a través del ejército, no
hizo una guerra a las guerrillas, sino que aprovecharon las circunstancias para
aplicar toda la crueldad posible y suprimir la subversión de raíz, desde la
voluntad del pueblo para pronunciarse.
Me conmueve la historia de Toconás, porque en él
está representado el hombre y la mujer común, capaces de dar la vida para que
otros vivan. Son aquellos seres de los que no tenemos memoria. ¿Cuántos de
ellos han ofrendado sus vidas para acabar con la injusticia? ¿De cuantas
conquistas y derechos gozamos hoy en día, gracias a ellos? Estos NN son los que
hicieron patria. Sus nombres no quedaron para la historia, pero igual debemos
pensarlos cada paso que damos. Nosotros somos gracias a ellos.
Me llama la atención que después de 38 años de
ocurridos estos hechos, el miedo está
aún instalado en gran parte de la población del norte de Argentina. Costó mucho
encontrar personas que estuvieran dispuestas a hablar frente a una cámara. No
obstante encontramos gente valiosa y valiente.
En el transcurso de la realización de este
documental, se logró que el consejo deliberante de Pozo Hondo pusiera el nombre
de Tomás Francisco Toconás a una calle de un barrio nuevo que se está por
inaugurar, y en el lugar del cementerio que ocupó en otros tiempos, se instaló
una escultura en madera, hecha por habitantes del lugar y una placa con un
texto de Benedetti que dice:
"El día o la noche
en que el olvido estalle, salte en pedazos o crepite los recuerdos atroces y
los de maravilla quebrarán los barrotes de fuego, arrastrarán por fin la verdad
por el mundo y esa verdad será que no hay olvido. El olvido está lleno de
memoria".
Solo resta terminar de organizar este rompecabezas
para que esta historia, la historia de Tomás Francisco Toconás, la historia de
todos, sea bien contada en este documental.
La aproximación cinematográfica del proyecto ha
sido un ejercicio documental en toda la extensión de la palabra. Contra la
austeridad de una producción levantada con recursos propios, se reunió a un
pequeño equipo de técnicos que acudió a la región del Tucumán, con el único
objetivo de atestiguar la historia. Conforme pasaban los días ibamos
desenterrando nueva información en torno a lo que había sido una mera
intuición; creíamos que ahí había una historia, y la hubo. El trabajo se limitó
a permitir que los personajes que se iban cruzando en nuestro camino nos la
contaran.
No llevabamos grandes cantidades de equipo
cinematográfico, y no hubo nunca una intención preciosista o contemplativa de
los hechos. La escencia de esta película es la crudeza de una historia
inconclusa, de piezas inconexas, de preguntas más que de respuestas, y en esa
tónica fue que se levantó el registro de imagen y sonido.
El reto posterior fue hilar las piezas, ensamblar
los testimonios, contar a muchas voces una historia que se escribió para ser
enterrada y olvidada.
El esqueleto de la edición está esbozado, hay
trabajo que hacer todavía, para darle dinamismo a la historia y permitir que el
público nos acompañe con atención a lo largo de esta historia, de la historia
de Argentina. El material con el que se cuenta: los testimonios, las entrevistas,
las vistas de la región, el retrato de los lugares donde sucedieron los hechos,
el material de archivo, la música, todo está dispuesto al servicio de la
narrrativa histórica del documental. Sin adornos, sin gráficos elaborados, sin
sutilezas que maquillen una verdad histórica que fue cruda, que fue dura, que
fue y sigue siendo tormentosa para muchos.
Esta es nuestra apuesta, partir de la historia
fatídica de Tomás Francisco Toconás para contar la realidad de un país y de un
continente.
Modesto López López
Director del documental
Equipo: Esther Toconas, Modesto López, Pascual
Cisneros, Victoria Toconás, integrantes del equipo de filmación
encabezado por Guillermo Tello en la cámara y sentada la maestra e
investigadora Lucia Aguilar